La soledad (una triste realidad de nuestro tiempo).

La soledad, una triste realidad de nuestro tiempo. Unos, la padecen más que otros, pero todos o casi todos, en mayor o menor medida, la suelen acusar. Convivir con ella no se hace nada fácil y más, cuando estas personas antiguamente estaban acostumbradas a convivir unidas o bien juntos o muy cerca unos de otros, formando una gran familia.

Esa bendita, generosa e irrepetible generación de oro que vivieron una horrible postguerra y que apenas tuvieron niñez. Hoy día, la gran mayoría sola o en residencias de las mal llamadas tercera edad y en algunos casos casi sin poder disfrutar de sus nietos y muchos, con la temible pandemia, incluso no pudieron ni tan siquiera despedirse de sus hijos.
Tengamos la consideración que merecen los pocos que quedan por dar lo mejor de sus vidas a cambio de muy poco, nada o casi nada. 

Imagen de la red del: confidencial.com

 Estos humildes versos van dedicados a todos ellos. 

Por el plácido parque

discurrían sus pasos;
distintos a los de un pasado
no tan lejano,

cuan reforzados juntos 

por apretón de manos.

Su presencia percibía,

el ambiente y sus gentes,

aun cambiantes en el tiempo

intuía conocerles.

Sentado en su banco

con mirada y mente ausente;

ceñida nostalgia

se sentía indiferente.

Cogidos de la mano

pareja de enamorados

le advierten, -abuelo:

«el teléfono le suena».

-Gracias.
¡Dígame!,

una dulce y serena voz responde:

«aún de tu mano, 

continúo caminando».

Juan Tarrero Sarabia