El ocaso de una hoja: Todo nace, todo muere. Fuiste joven y arrogante, peciolo largo, erecto y haz desafiante radiante de color, de venas transparente, mirada siempre inquieta buscando al sol naciente, sinuosa y coqueta, con suave brisa mecías silueta. Todo nace, todo muere. Tu haz y envés así lo dicen cual guerrero te resistes mires donde mires, norte, sur, este u oeste, ¡qué más da! Si escrito está el retorno a tu origen. Juan Tarrero Sarabia