Poema soneto endecasílabo con estrambote dedicado a mi querida Madre.

He intentado varias veces hacer un poema a mi querida madre, pero en poesía, como en otros aspectos de la vida cotidiana, cuando lo buscas no aparece, el poema fluye en el momento que menos lo esperas y así, ha sucedido. A pesar de no ser el día de la Madre, cualquier día del año es bueno para escribir sobre ella. Así pues, con todo mi cariño te dedico este soneto con estrambote. Estoy seguro será de tu agrado, pues sé que, continúas siempre entre bastidores. 

Quiero dar una pequeña explicación sobre mi querida madre para que este poema pueda ser mejor interpretado.

 
De joven, le di bastantes problemas, tal vez, fue motivado por su constante preocupación y protección hacia mi persona, su hijo, probablemente por lo que le toco vivir en su niñez. Cuando uno se casa y tiene hijos, es cuando la vida se ve muy distinta a como la disfrutamos de jóvenes.

La vida no se portó muy bien con ella. De pequeña tenía un hermanito algo menor, vivían en una finca en el campo de Orihuela (Alicante) y, cerca de la finca, pasaba una acequia o canal bastante grande con agua que utilizaban para regar; en un descuido, el pequeño cayó a la acequia, cuando su madre se percató se tiró para sacarle, pero ya era demasiado tarde, murió ahogado y ella su madre, como era invierno, a los pocos días murió de pulmonía. 

Su padre trabajaba en el Ayuntamiento de Orihuela y ya más tarde, cuando mi madre tenía sobre 12 o 13 años, volvió a casarse y ella, decidió venirse a vivir a Alicante con una hermana de su padre. Tuvo una infancia muy feliz y fue muy querida por sus tíos, sus dos primas y sus tres primos, fue una hija y una hermana más, pero lógicamente por muy bien tratada que estuviese, siempre le faltó el calor y el cariño de su madre. Estuvo viviendo con ellos hasta que conoció y se casó más adelante con mi padre.  

El miedo le acompañó siempre de por vida, volcándose con sus dos hijos, mi hermana y conmigo, si cabe, algo más conmigo que con mi hermana. Todo ello lo descubrí y aprecié quizás ya algo tarde. 

Antiguamente, las fotos en B/N hubo unos años que se coloreaban. 

Mi querida madre: Dolores Sarabia Sánchez.                                                                               

Repito el texto para que Google pueda traducirlo a cualquier idioma ya que en el montaje, el texto junto a la fotografía no puede ser traducido. 

Madre, tú que sin amor de madre

te criaste, algo tarde entendí 

aquella doble ración de amor,

pues como el amor de madre que te faltó,

no existe otro en el corazón. 

                                                    *

Poema a mi querida madre.
Soneto endecasílabo con estrambote.

Poco te duró aquel amor materno
cobijo de una tierna amada infancia
nada quedó de aquella su fragancia
refugio y amparo en ese amor paterno.

La pérdida de aquel amor fraterno
pesaba cuan losa en aquella estancia
aun siendo niña no era tu ignorancia;
hermano y madre, gran amor eterno.

Un gran amor quisiste acariciar
en deseos de madre con ardor
y tus miedos, poder abandonar.

En tus hijos, volcaste aquel calor
el cual jamás, a ti pudieron dar
dejando de ti, todo lo mejor.

La raíz de tu amor:
profunda y, felizmente fue sembrada
de ella brotó, una buena, nueva añada.

Juan Tarrero Sarabia