Óleo sobre lienzo de mi querido padre Juan Tarrero Aracil. Discurre la tarde sosegada y ardiente; al abrigo de mi dermis, la leve brisa del mar extiende su manto. La nostalgia me envuelve; los recuerdos van y vienen. ¡Cómo dos cuerpos errantes pretenden encontrarse en pasado y presente! Fueron dos piedras redondas y planas, nuestros nombres grabados, cuatro golpes la mía, tres la tuya y bien rebotada. Testigos de nuestro camino tus huellas junto a las mías, por olas adormecidas borradas, como final del destino. La barcaza del pescador anclada en la arena sirvió de apoyo y almohada, tantas estrellas contamos como granos de arena en tus manos. Cuando despunte el alba como chispas de la mar quiero ver tus ojos brillar, ese aroma y de ese aliento a dama de noche gozar. Entre besos y caricias fluya mi sangre y riegue mi cuerpo, para entender que sigo vivo y que no es un sueño lo que estoy viviendo. Juan Tarrero Sarabia
Muy cierta esta frase que a muy pocos se le puede atribuir.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Así es amiga Elda, cuando existe alguna desgracia como la que nos asola en estos momentos, alguno suele aparecer a pesar de querer quedar en el anonimato.
EliminarUn fuerte abrazo amiga mía.
Estoy de acuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias amiga Amalia.
EliminarUn fuerte abrazo amiga mía.
Hola, amigo!
ResponderEliminarNo conhecia este teu blog, que criaste no ano passado, 2019.
Me gustam los pensamentos y textos, que aqui encontrei.
Verdadera la afirmação, que aqui colocaste. A humildade no es, infelizmente, para todos, pero solament para alguns.
Grande abrazo sin vírus.
Muchas gracias por tus palabras y pasar amiga Céu.
EliminarUn fuerte abrazo igualmente sin virus.
Gracias, querido amigo Juan, por aceitares mi sugestão.
EliminarBesitos para ti y família.
Es un placer querida amiga.
EliminarUn fuerte abrazo
Estoy totalmente de acuerdo contigo querido amigo, un enorme abrazo.
ResponderEliminarGracias querida amiga Lola.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Juan
ResponderEliminarHe estado curioseando un poco más tu blog. En realidad es tan extenso, que he cogido esta reflexión, pero podía haber sido otra de las muchas frases y reflexiones que tienes, todas ellas con fondo suficiente para retornar y seguir leyéndote.
En esta, hablas de la humanidad en el ser humano. Bien, pues ojalá todos nosotros nos hiciesemos merecedores de tal práctica, pero, lamentablemente, el mundo no funciona asi. Si practicásemos esa hermosa cualidad, nuestro mundo( el único que tenemos) nos lo agradecería.
Así es Fina, el ser humano es entre otras muchas cosas, el mayor depredador que existe en este maravilloso mundo que habitamos. En la situación actual en que nos encontramos más pronto que tarde, nos arrepentiremos de tanta barbarie cometida.
EliminarUn abrazo y buen fin de semana.